miércoles, 1 de mayo de 2013

¿Es viable la formación dual?



El modelo de formación dual se abre camino en España. Era previsible. La aprobación de un marco de cualificaciones deja abierta la posibilidad de alcanzar formación y experiencia, tanto por medio del sistema educativo y formativo, como del productivo y empresarial. La cualificación, con su doble entrada de unidades de competencia y módulos formativos, genera un potente estándar para estimular los procesos de aprendizaje a lo largo de la vida. Las bases del sistema están diseñadas, por lo que se puede poner a andar.

Conviene recordar la diferencia con el pasado, cuando coexistían dos tipos distintos de formación con contenidos curriculares distintos y ámbitos competenciales diversos. Los que recordamos el llamado "Plan FIP", con su apuesta por certificados de profesionalidad que no facilitaban la convalidación con la formación profesional inicial del sistema educativo, y mucho menos la continuidad del aprendizaje hacia niveles superiores, no podemos menos que valorar de forma muy positiva lo que representan las cualificaciones para estimular el aprendizaje a lo largo de la vida, en línea con las recomendaciones de la Unión Europea.

No existe una tradición en España de formación dual en las empresas. Los que piensan en una mera extrapolación de experiencias de otros países, como Alemania, se equivocan. El sistema educativo y formativo en este país ha estado muy relacionado con el aprendizaje en aula, en laboratorios, en aulas especiales, en instalaciones del sistema educativo que se adaptaban a las características del entorno productivo. Ahora se pretende dar el salto a la empresa, para facilitar el conocimiento de la práctica laboral y la mejora de la empleabilidad.

Si queremos encontrar un modelo similar a la formación dual en la historia reciente de España, habría que recurrir a las llamadas "Escuelas taller", un programa ideado a finales de los años 80 por el Ministerio de Empleo, con el objetivo de combatir el desempleo juvenil. El programa combinaba formación en aula conducente a certificado de profesionalidad, con prácticas reales de trabajo en obras y rehabilitación de espacios públicos. Los equipos organizadores de estos programas se constituían como una empresa, con un director, administrativo, un cuadro de formadores y docentes que controlaban y evaluaban el aprendizaje y las realizaciones profesionales. Los ayuntamientos y entidades sin ánimo de lucro se convertían en destinatarios del trabajo realizado por los alumnos que, al finalizar sus programas e, incluso mucho antes, eran contratados por las empresas que se interesaban por sus cualificaciones. El programa tuvo un éxito extraordinario en términos de aprendizaje, cualificación y empleabilidad. En los últimos tiempos, ha sido cuestionado por su coste, pero tal vez los procesos de evaluación de políticas que resultan preceptivos para este tipo de afirmaciones, están por ser realizados.

En cualquier caso, ante la falta de experiencia de formación dual en el ámbito empresarial (la FCT de la formación profesional inicial cubre solamente una pequeña parte del proceso de aprendizaje) convendría echar un vistazo a la experiencia disponible de más de veinte años de Escuelas Taller. Los mecanismos de organización del aprendizaje, de los equipos docentes y de control, los contenidos modulares, las experiencias reales de trabajo y los resultados (las unidades de obra), el papel de los tutores y formadores en la seguridad y prevención de riesgos, configuran un  modelo a imitar y conservar que los responsables de la aplicación de la formación dual deberían tener muy en cuenta. Continuaremos en esta misma línea en próximos trabajos.

1 comentario:

  1. Hola Elías, enhorabuena por tu blog.
    Existe una gran diferencia entre la fp dual instaurada en Alemania y la que se pretende implantar en España. En primer lugar debemos ser conscientes del tipo de empresa que recibe al alumno, España está compuesta en su mayoría por PYMES y eso sin duda es un obstáculo para la implantación de este sistema. Por otro lado en Alemania existen más de 130.000 tutores formativos en la empresa, con dedicación exclusiva a esa labor. En España esta figura no existe y la experiencia en los programas en los que he participado que contaban con PNL no ha sido positiva. La conducta del empresario ha sido abusiva, pues lo importante no ha sido la formación del alumno.

    Se ha priorizado el interés empresarial en forma de ahorro de mano de obra, anteponiendo esto a la formación del alumnado. Por tanto queda mucho camino por recorrer, pero eso sí, las comunidades autónomas disponen de un excelente vivero de tutores, profesionales habituados a trabajar la formación profesional en proyectos como las Escuelas Taller. Además de reunir las características intrínsecas en un profesional del oficio, están formados para dirigir el aprendizaje desde el punto de vista social y personal del alumno, que no nos olvidemos, es la figura que importa en todo este proceso. Un saludo.

    ResponderEliminar